Retinopatía Diabética
La retinopatía diabética es la mayor causa de ceguera en el primer mundo. El 25% de los diabéticos tienen alguna forma de retinopatía durante su vida y sólo un 10% no la presentan.
Los diabéticos presentan una alteración del endotelio (parte interna de la pared de los vasos sanguíneos) que afecta al sistema circulatorio del cuerpo, incluyendo los vasos sanguíneos de la retina en el ojo.
Existen dos tipos de retinopatía: Proliferativa y no Proliferativa. Esta última es más benigna o menos destructiva. Se produce edema, con exudados duros, blandos, microaneurismas y pequeñas hemorragias puntiformes retinianas. En la Proliferativa, la oclusión de capilares provoca la aparición de neovasos que pueden producir edema, hemorragias y en último caso desprendimiento de retina.
En los diabéticos Tipo 1 (diabetes mellitus insulino dependiente o juvenil) la retinopatía diabética suele presentarse 5 años después de hacerse el diagnóstico de diabetes. En los Tipo 2 (diabetes mellitus no insulino dependiente, la forma más común) la retinopatía se presenta mucho más tarde y suele ser más benigna.
Es importante saber que para cuando aparecen los síntomas la enfermedad puede estar en fases avanzadas, donde el tratamiento no es tan efectivo. Por ello, es mejor controlar la retinopatía antes de que aparezcan los síntomas.
Tratamiento
El tratamiento depende del estado de la enfermedad. En estados iniciales puede utilizarse la fotocoagulación con láser, también pueden ser necesarias inyecciones intravítreas para mejorar el edema. En estados más avanzados se requiere cirugía.
En la mayoría de los casos el tratamiento está encaminado a intentar detener el progreso de la enfermedad. Por eso, en Clínica Oftalmológica Damborenea creemos que el tratamiento ideal es la prevención, para nunca llegar a estados avanzados de la enfermedad. Dentro de la prevención, el factor más importante es el control adecuado de la glucemia.