Glaucoma

¿Qué es?

El ojo produce y drena continuamente un líquido llamado humor acuoso. Este líquido es el responsable de mantener una presión intraocular adecuada. El glaucoma se relaciona con la presión intraocular, pero en realidad es una enfermedad del nervio óptico. Cuando la presión intraocular es más alta de lo normal puede lesionar el nervio óptico.

Muchos pacientes con esta enfermedad no saben que la padecen hasta que han perdido mucho campo visual. Esto se debe a que el glaucoma puede dañar el ojo sin producir síntomas. Dependiendo del grado de destrucción del nervio óptico, la pérdida del campo visual es mayor o menor, pudiendo llegar a la pérdida total de visión. Hay varios tipos de Glaucoma:

  • Crónico de ángulo abierto
  • De ángulo estrecho
  • Agudo
  • Congénito
  • Neovascular
  • De tensión normal

Actualmente, el glaucoma es la segunda causa de ceguera en el mundo y afecta a alrededor de un millón de personas en España. Fundamentalmente a personas mayores de 40 años y con antecedentes familiares.

La forma más común de glaucoma es el crónico de ángulo abierto y no produce ningún síntoma, a no ser que suba mucho la tensión y produzca dolor. Solo en el caso de un ataque agudo de glaucoma, podemos notar que el ojo se enrojece y produce dolor intenso que puede ir acompañado de náuseas, vómitos y visión borrosa.

El glaucoma también puede estar asociado a otros factores como una presión arterial baja y otras enfermedades vasculares, puesto que en ocasiones, el daño en el nervio óptico se produce con presiones oculares normales. Por ello, es frecuente que el paciente no sepa que padece la enfermedad hasta que está muy avanzada y ha producido una pérdida importante de visión. Las lesiones provocadas por el glaucoma son irreversibles, de modo que es fundamental detectarlo lo antes posible.

 

Una revisión oftalmológica permite descartar, detectar o evidenciar la progresión de la enfermedad, para ello, en la consulta de Bilbao de Clínica Oftalmológica Damborenea disponemos de la tecnología más innovadora: tonómetros, campímetros y tomografía de coherencia óptica (OCT) del nervio óptico y de fibras nerviosas.

Es importante descubrir y tratar el glaucoma tempranamente ya que la posibilidad de evitar el daño visual depende de un diagnóstico precoz. Las personas que padecen glaucoma necesitan revisarse la vista periódicamente a lo largo de su vida ya que el glaucoma puede a veces empeorar sin que el paciente lo note.

Tratamiento

El mejor tratamiento es la detección precoz, puesto que el daño originado por el glaucoma no puede recuperarse. El tratamiento busca prevenir lesiones o impedir que aparezcan nuevas lesiones sobre el nervio óptico.
Al ser una enfermedad conocida y muy investigada, existen modernos tratamientos que permiten un control adecuado: colirios, láser y cirugía.

Generalmente, el glaucoma se controla con la aplicación de gotas en los ojos una ó dos veces al día, las cuales reducen la presión intraocular. El láser puede ayudar a controlar la presión. La cirugía que se hace con el láser se llama trabeculoplastia. Actualmente, se implantan unas válvulas para regular la presión intraocular, implantes x-press o válvulas de Ahmed.

 

Es importante que el paciente se mentalice de su enfermedad y sea constante con el tratamiento para impedir que el glaucoma progrese.

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